En julio este blog se preguntaba si la "promoción industrial" iba a afectar la recuperación de la demanda de empleo.
El gráfico que sigue muestra la evolución del empleo solicitado. El último dato es el del mes de junio de 2010 con un valor de 192,70; un valor cercano al de abril de 2004. Se espera que esté rebotando el Índice de Empleos Solicitados por lo que en el mediano plazo el desempleo no aumentaría.
Midiendo la actividad económica con la cantidad de empleos solicitados, no parecería que el debate sobre la "promoción industrial" la esté afectando. Sin embargo ésta no deja de ser un problema de largo plazo. En relación a los beneficios y costos de la "promoción industrial", es altamente recomendable la lectura de este informe del CEM.
A continuación, parte de las conclusiones:
Dado que la promoción consiste en disminuir la carga impositiva de los proyectos beneficiados, la contrapartida directa es una menor recaudación impositiva. Otro efecto negativo se observa en la relocalización de empresas, que estando en provincias o regiones sin regímenes de promoción se mudan donde si los hay, alterando el equilibrio económico de toda la zona.
El cumplimiento de los objetivos de la ley es importante que sea controlado. Un ejemplo de los problemas que surgieron con la ley anterior se puede releer en una diario de 199710. El entonces ministro Roque Fernández intentaba emitir un decreto para que la DGI pudiese controlar exhaustivamente el cumplimiento de los requisitos para evitar que se cometiesen fraudes con la promoción. Ante esta intención, los gobernadores y legisladores de las provincias promovidas amenazaban con montar frentes contra la intención de Economía. Se amenazaba entonces con cortes de ruta. Desde el Ministerio de Economía de la Nación se decía: “hay que evitar abusos y fraudes, tales como que se instale sólo un galpón y se reciban desgravaciones de impuestos por lo que se produce en otra provincia”, “Si se evitan estas barbaridades no habrá ninguna pérdida de puestos de trabajo, porque los proyectos fraudulentos no llevan ninguna fábrica verdadera a las provincias promocionadas”.
Para evaluar la conveniencia de renovar un régimen de promoción es preciso realizar al menos dos tipos de análisis: uno es revisar los efectos que tuvo el régimen aplicado en relación a los objetivos iniciales, y el otro, es presentar claramente cuál es la situación actual que justifique la reimplantación de la promoción y así poder colocar objetivos de política económica que se desean alcanzar.
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